Depresión

La depresión no es simplemente sentirse triste, sola o abatida, medicamente es más que eso. En la actualidad este término es muy mal usado y se aplica para cualquier persona en cualquier momento y circunstancia de la vida, cuando simplemente está triste por algo.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo de una persona, y se caracteriza por un sentimiento muy profundo de tristeza acompañado de falta de ganas para realizar cualquier actividad, ya sea trabajos e inclusive actividades placenteras que la persona venía realizando hasta ese momento.

Justamente ese es el punto clave, la persona tenía una vida normal, disfrutaba de la vida, de su trabajo, de sus estudios, su familia, e incluso aunque las cosas no salieran tan bien, la persona podía seguir adelante. Pero en la depresión la persona experimenta un cambio, siente que ya no es la misma de antes, presenta un sentimiento de tristeza total donde muchas veces no hay razón para ello.

Esta es una característica muy importante de la depresión, la persona en su vida “normal” no era así, sino que ha sufrido un cambio, ya no es la misma de antes.

A veces creemos que tener una personalidad introvertida o no ser muy sociable es ser “depresivo” pero la verdad es que eso no lo es, tienen que darse una serie de síntomas físicos que acompañen a esta tristeza profunda y a la falta de ganas de vivir para que un doctor diagnostique “depresión”.

Por ello la primer sugerencia es que si conocemos a alguien o quizás nosotras estamos atravesando por esta situación debemos de consultar primero a un doctor, donde él nos va a pedir seguramente una serie de estudios para comprobar que esos cambios no se deban a otra enfermedad, que no sean síntomas secundarios de alguna medicación que la persona está tomando o algo físico que esté haciendo cambiar a la persona en estos aspectos mencionados.

En muchos casos, a través de la medicación se pueden acomodar valores químicos para que la persona vuelva a ser la que era antes.

Si la persona ya cuenta con un diagnóstico de depresión realizado por un especialista en el tema, debemos saber que su manera de pensar es completamente negativa, en cuanto a su pasado, su presente (su persona y el mundo), e inclusive su futuro, por lo tanto una de las maneras de poder ayudar es que pueda contactarse con un psicólogo, psiquiatra o algún consejero cristiano que haya estudiado del tema para solicitar un tratamiento.

Normalmente es un tratamiento combinado, ya que las causas son múltiples, y se deben descubrir y considerar las que más se puedan para luego ser tratadas.

Desde nuestro lugar de cristianas podemos hacer mucho, mostrando la Persona de Dios, mostrando sus atributos, quién es él, y quienes somos nosotras como sus hijas, los cuidados y atenciones, mostrar la realidad del evangelio no sólo las historias sino las realidades que vivimos como cristianas, los milagros que vivimos a diario, pienso que eso es lo que impacta a otras personas, la honestidad y franqueza de mostrar nuestras debilidades y nuestras fortalezas que tenemos en Dios.

La Palabra de Dios nos habla muchísimo de cómo debemos cuidar nuestra mente y corazón.

Considero el versículo de Filipenses 4:8 como el versículo de la salud mental, si cada persona pudiera poner en práctica esa verdad en su vida diaria no tendríamos que lidiar con tantas ansiedades, depresiones o temores en nuestra vida, porque pensaríamos en lo verdadero de la vida basada en su Palabra y no en las mentiras que el mundo impone o que mi mente construye.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”.

Si como cristianas aprendimos que la Palabra de Dios es la verdad, que no contiene errores, que es realmente Dios, hablando a nuestras vidas, entonces es hora de vivirla como verdad, no es fácil estar atravesando por necesidad económica y creer en la promesa de “nada te faltará” pero ahí es donde entra en acción la vida por fe, que aunque algo no este pasando, aunque no crea que pase, eso va a pasar y eso es la fe, es creer en aquello que todavía no está.

Por lo tanto el bienestar mental es un desafío constante, porque mi mente tiene que recordar las promesas de Dios cuando las cosas van mal, tengo que creer cuando todo parece derrumbarse, pero es solamente nuestra decisión, Dios no decide lo que yo pienso, eso lo decide cada persona en su interior, es una batalla, porque en mi mente tengo mi dolor, mi realidad y mi sufrimiento, contrario a lo que dice Dios y sus promesas.

Con esto no quiero decir que no vamos a pasar por crisis o por valles de sombras, pero esas tormentas no nos van a ahogar sino que vamos a poder atravesarlas de la mano de Dios.

“Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;

y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”

Y cuando permanecemos en su Palabra, conoceremos la verdad de las cosas y este conocimiento nos dará libertad de la esclavitud de las mentiras, del dolor, del sufrimiento, porque podemos estar pasando por dolores, pero su Palabra y su Verdad nos va a cambiar la mirada de lo que estamos pasando o sufriendo.

Cuanto más pensemos en lo verdadero, en lo honesto y en lo puro en nuestra vida diaria, más salud y libertad mental vamos a experimentar, esto es un proceso y una disciplina que nos va a ayudar cuando estamos a solas con nuestros pensamientos y con nuestras circunstancias personales, ahí donde nadie más nos puede ver ni escuchar.

Por ello si estamos pasando por depresión o conocemos de alguien que está pasando por esto, debemos de practicar esta búsqueda de la verdad en nuestra mente y el descarte de todo lo que no lo sea, renovando así nuestra mente manchada por el pecado…

Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo.

Porque su Palabra es Verdad, nos da libertad, nos da vida y nos da bienestar mental.

¡Que podamos conquistar esos pensamientos falsos y mentirosos con la verdad de su Palabra! y de esta manera experimentar la libertad tan deseada.