Es la capacidad de las personas de superar la adversidad, la crisis, los traumas, dolores emocionales y situaciones desfavorables.
Este es un término que ha sido “descubierto” hace pocos años, o por lo menos se le ha puesto un nombre a una capacidad que poseen las personas.
Lo llamativo de esto es que si vamos a las historias personales que son relatadas en la Biblia, podemos ver que varios individuos han pasado por crisis y han podido sobreponerse finalmente a ellas.
La incógnita de todo esto es cómo hacen las personas para poder seguir viviendo, luchando y seguir respirando con todo lo que les ha pasado.
Es un ejemplo muy claro el de Pablo, que pudo escribir cartas de ánimo y aliento desde una cárcel, a veces es buscar explicación en lo humanamente inexplicable, pero gracias a los relatos bíblicos podemos observar que muchos personajes han experimentado poder salir de traumas fuertes y restaurar sus vidas.
No puedo dejar de pensar en la historia de José, realmente cuando fue vendido por sus hermanos, haber sufrido esclavitud, encierro, aislamiento y perder a sus seres queridos, por bastante tiempo, y como todos sabemos ,finalmente lograr perdonar a sus hermanos cuando quizás muchos de nosotros no lo hubiéramos hecho, sino que hubiéramos aprovechado nuestra autoridad para ejercer “justicia”.
Entonces el punto es ¿Cómo se logra, siendo una persona común y corriente, llegar a restablecer relaciones, cuando hubo tanto dolor y tantas heridas de por medio?
Sobre José se han escrito variedad de libros y comentarios, desde mi humilde posición voy a comentar tres puntos que me parecen necesarios para que cualquier persona pueda poner en marcha la “capacidad” de sobreponerse a traumas, crisis o situaciones dolorosas.
El primero es que José tenía un punto a favor, Dios mismo estaba con él, y en Génesis se menciona muchas veces esto, es llamativo que se haga tanto énfasis en que el Dios mismo, Creador de todo el universo estaba con José y eso no es poca cosa.
Esta característica no es compartida por muchos personajes bíblicos, pero José es destacado por ello.
Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero;
y estaba en la casa de su amo el egipcio.
Génesis 39:2
Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia,
y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel.
Génesis 39:21
Porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía,
Jehová lo prosperaba.
Génesis 39:23
Lo interesante de estos versículos es que Dios estaba con José, no dice que José buscaba a Dios, o que José estaba con Dios, sino que la afirmación dice que Jehová estaba con José, y esto es tan inmenso porque cada ser humano en la tierra, intenta primero encontrar y después estar con Dios para compartir una relación, una amistad o compañerismo.
Cuántas personas en la actualidad desean tener algo así con un Dios tan grande, pero les parece inalcanzable y José tuvo la misma oportunidad que tenemos hoy nosotros, Dios está cercano a los que le buscan, dice su Palabra.
Pero José también tenía una gran habilidad de poder interpretar sueños. En la actualidad muchos psicólogos estudian cómo poder interpretarlos para poder ayudar a las personas con sus vidas y hay mucho escrito sobre esto.
Pero José no tomó ese “don” como propio, ni alardeó de eso, sino que le dio todo el crédito a Dios, sabía que Él iba a ser quien diera la respuesta y la información que nadie más podía dar en el reino, nunca lo tomó como propio.
Respondió José a Faraón, diciendo: No está en mí;
Dios será el que dé respuesta propicia a Faraón.
Génesis 41:16
José tuvo tanta cercanía con Dios, que era casi imposible que pudiera traicionar esa hermosa amistad, y tomarse atribuciones que no eran propias; a veces nosotros estamos en la misma posición que él, Dios nos corona de tantos favores y muchas veces pensamos que nosotros los merecemos o somos los que realmente tenemos el “don” para hacer o lograr ciertas cosas cuando Dios es quien produce el hacer como el querer en nosotros y no tenemos la humildad de reconocer que todo viene de su mano y de su gracia.
José pudo ponerse en el lugar de Dios, en muchos sentidos, pudo ponerse como quien tiene la capacidad de interpretar los sueños, pero no lo hizo, pudo ponerse en el lugar de juez y enjuiciar y encarcelar a sus hermanos por lo que habían hecho en el pasado, pero no lo hizo tampoco, pudo hacer muchas cosas por el dolor real que sufrió, pero decidió dar un paso al costado y dejar a Dios ocupar su lugar.
Dios es el único que puede cambiar los destinos de las personas, es el único que conoce lo que podría haber pasado en la vida de las personas, y es el único que puede abrir ríos en el desierto, y pudo en esta historia encaminar todo lo malo, los años de sufrimiento, de encarcelamiento y de dolor, para bien, pudo trocar lo malo en bueno, lo feo en bello, lo triste en felicidad.
Todo esto se pudo lograr, primero porque Jehová, nuestro Dios, estaba con José, al igual que puede hacerlo hoy con nosotros, en segundo lugar, José no se atribuyó ningún crédito, sino que atribuyó todo a Dios, y en tercer lugar no ocupó el lugar de Dios, para juzgar a sus hermanos, decidió pasar por alto la ofensa, y mirar como Dios lo ve, que usó todo eso con un propósito mayor, todos los sucesos que se desencadenaron resultaron en bendición a muchísimas personas.
Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.
Génesis 50:19-20
Yo no sé cuál es tu historia, pero si sé de muchos que han pasado horrores, y han podido resurgir, restaurar sus vidas y luego ser de impacto y bendición para otros.
La historia de José es una historia de esperanza y la nuestra también lo es, por lo tanto recordemos que la resiliencia es una capacidad que tienen las personas para superar circunstancias traumáticas, y ¿José habrá tenido esa capacidad? No lo sabemos, pero si sabemos que tuvo a Dios y eso es lo que importa.
El Señor llevará a cabo los planes que tiene para mi vida,
pues tu fiel amor, oh Señor, permanece para siempre.
Salmos 138:8 NTV
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