Desde pequeña me preguntaba qué era la fe, que significaba “vivir por fe” y con los años de madurez cristiana pude ir descubriendo un poco lo que significa esa frase.
Desde el día que conocemos a Jesús como nuestro Salvador, comenzamos un recorrido de fe, porque empezamos a creer en cosas que no vemos, ni podemos tocar e inclusive en la mayoría de los casos, ni siquiera podemos comprender con nuestro entendimiento.
Por lo tanto la vida cristiana comienza a caracterizarse por cosas que creemos con certeza, que esperamos, que no se ven todavía, pero que estamos seguros que están por llegar.
Pero ¿Cómo estar convencidos de algo que no vemos? ¿Cómo estar convencidos de que algo va a pasar en el futuro, en el día de mañana?
Y la verdad que si es por nuestra capacidad de convicción o de certeza propia no podríamos llevar a cabo la practica de la fe, sólo podemos conseguirlo a través de la persona de Dios, ya que todo lo que viene el día de mañana es porque Él lo sostiene, si realmente hay un mañana es porque Dios lo permitirá de alguna manera.
Si vamos a creer en algo que no vemos es porque primero lo vamos a encontrar en su Palabra que es la guía para nuestra vida, para nuestros planes, para nuestros proyectos personales, su Palabra se hace palpable cuando la leemos y Dios mismo nos habla por medio del Espíritu Santo, también podemos ver su guía a través de las circunstancias que se van sucediendo, podemos ver puertas que se abren y otras que se cierran, como si a veces tuviéramos los ojos vendados y agarrados de su mano, nos guía por donde ir, y de alguna manera esto es la fe, caminar por donde no anduvimos ni conocimos antes.
Nuestra vida muchas veces se torna como algo incierto donde de a poco se va revelando un plan supremo que el Altísimo tiene para nuestra vida y nosotros nos vamos sorprendiendo al igual que los demás lo hacen con nosotros.
No puedo dejar de pensar en Abraham, cuando Dios mismo es quien le promete una nación grande sin ni siquiera tenía hijos, cómo creer en algo imposible, pero nuestro Bendito gran Dios, disfruta mucho de dar a sus hijos lo imposible, nuestro entendimiento procesa información razonable, pero la ilógica sólo hay que vivirla, hay que transitarla, a veces inclusive sin entenderla con nuestro razonamiento.
Sus pensamientos no son como los nuestros ¡Son más altos! En distintos sentidos, son más altos porque son superiores, en el hecho de autoridad, su perspectiva no es la misma que la nuestra, Dios cuenta a favor con el conocimiento del futuro, Él conoce nuestro mañana y maneja información que nosotros no tenemos, porque simplemente es Dios, mientras que nuestra mente genera pensamientos bajos, temerosos, llenos de pecado, pensamientos a corto plazo, los de Dios, involucran la eternidad.
Por ello sus pensamientos son más altos, y también sus caminos son mas altos, esos caminos por donde quiere llevar a sus hijos, por donde nos quiere llevar son altos, nuestra mente no lo puede pensar, ver ni planificar, entonces nos encontramos con un Dios que piensa cosas imposibles, superiores para mi vida y programa caminos por donde vamos a caminar.
Y la pregunta es ¿Tenemos fe en que esto va a suceder? ¿Creemos que va a pasar esto en nuestra vida? ¿Pensamos que esto puede pasarnos a nosotros? ¿Sólo pensamos que las cosas imposibles y buenas les pasan a los demás y a nosotros no?
Tenemos un hermoso Padre, Bueno, que le encanta dar cosas a sus hijos, a su familia y está deseoso de bendecirnos con múltiples bendiciones, sólo está esperando que nuestra fe crezca un poquito hasta que llegue a ser como un grano de mostaza.
“Y no pudo hacer allí ningún milagro, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando”. Marcos 6: 5-6
A veces me da mucho temor que por mi falta de fe e incredulidad yo tenga que perderme de los milagros de Dios para mi vida, que Dios no pueda hacer nada a mi alrededor, sólo espero soñar con los imposibles de Dios y recordar que mi Dios es ese que creó el mundo con sólo hablar, levantó muertos, sanó enfermos y volvió de la muerte por mí, para que mi vida hoy sea distinta.
Sus pensamientos, sus caminos y sus proyectos son increíbles y mejores de los que yo pueda pensar para mi vida, sólo tengo que comenzar a creer que Él los puede hacer.
Si Él te promete algo de seguro lo va a cumplir ¡Él gobierna!
“Es sabio confiar en que Dios suplirá el deseo que Él mismo ha creado”
Amy Charmichael
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